miércoles, 22 de octubre de 2014

Las consecuencias de perder un diente.

Mucha gente desconoce los problemas a corto, medio y largo plazo que puede provocar la pérdida de un diente.

Incurrir en una o más ausencias dentales puede desencadenar diversos problemas en nuestra boca y el resto de nuestro cuerpo.

En primer lugar, a corto plazo, la pérdida de un diente implicará que el resto de los dientes sustituya la función del diente ausente (como hemos visto en posts anteriores cada diente tiene una función específica en nuestra boca), provocando una sobrecarga de las funciones del resto de dientes sanos. Además, la comida chocará en el espacio ausente dañando la encía y provocando un trauma en el hueso de esa zona.

A medio plazo, al encontrar un espacio en boca, el resto de nuestros dientes tenderá a cerrar ese espacio para corregir el desequilibrio. Sin embargo esto favorecerá que se abran espacios interdentales de difícil acceso para la higiene, provocando caries entre los dientes y desgastes incorrectos de los mismos. Además, el diente antagonista al ausente (ya sea superior o inferior) tenderá a salir del hueso, ya que no choca con nadie. El antagonista dejará expuesta la raíz provocando problemas de caries, sensibilidad y se acabará perdiendo también.

Por último, a medio-largo plazo, aparecerán problemas graves de masticación y sobrecarga de los huesos de la mandíbula y músculos cervicales, ya que tenderemos a  masticar normalmente por donde más dientes tenemos. Además, como si de un 'efecto dominó' se tratase, continuarán perdiéndose más piezas dentales a consecuencia de fracturas por desgaste y sobrecarga.


Os recomiendo echar un vistazo a este vídeo demostrativo:


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